Las Lesiones Más Comunes De La Médula Espinal

La médula espinal es quien conecta el cerebro con los nervios para enviar los respectivos mensajes, por lo que una lesión en esta parte del cuerpo puede ser fatal para las personas, ya que pueden perder la estabilidad, la fuerza y otras funciones del cuerpo que dependerá de la zona de la médula donde sufrió la lesión. Estas lesiones pueden ser causadas por accidentes ocasionados por la negligencia de una persona, como, por ejemplo: accidente automovilístico, resbalones y caídas y actos de violencia, entre otros, es en estos casos cuando una persona tiene derecho para presentar un reclamo y recuperar una compensación.

Lesiones Regiones De La Médula Espinal

La médula espinal tiene 4 regiones, y son las siguientes:

1. La médula espinal cervical: es la parte superior de la médula espinal, aquí el cerebro se conecta con la médula espinal y el cuello con la espalda. Consta de ocho vértebras, comúnmente denominadas C1-C8.
2. La médula espinal torácica: esta sección forma la mitad de la médula espinal y contiene doce vértebras numeradas T1-T12.
3. La médula espinal lumbar: es la región inferior de la médula espinal, donde la médula espinal comienza a doblarse. Hay cinco vértebras lumbares, numeradas L1-L5.
4. La columna sacra: es la región inferior de la columna con forma de triángulo, también con cinco vértebras. Se encuentra formada por raíces nerviosas que salen de la columna vertebral en sus respectivos niveles vertebrales.

Lesiones Más Comunes De La Médula Espinal

Las lesiones más comunes de la médula espinal se dividen en dos clases: incompletas y completas, estas dependen de la región de la médula espinal que ha sido afectada en el accidente o incidente. A continuación le indicamos las más comunes:

1. Lesiones incompletas.- estas resultan normalmente de la compresión o el daño infligido a la médula espinal, reduciendo la capacidad del cerebro para enviar señales debajo del sitio de la lesión. Las lesiones que puede sufrir dependerán del compromiso parcial de la médula espinal, por lo que variarán las lesiones de una persona a otra. Algunas funciones sensoriales y motoras pueden estar ligeramente comprometidas en algunos o casi eliminadas en otros. Representan más del 60% de las lesiones de la médula espinal.

Tipos más comunes de lesiones incompletas o parciales de la médula espinal incluyen:

• Síndrome de la médula anterior: este tipo de lesión se da en la parte frontal de la médula espinal, y provoca el daño las vías motoras y sensoriales de la médula espinal. La persona que sufre esta lesión puede retener algo de sensación, pero luchar con el movimiento normal.
• Síndrome de la médula central: es una lesión que se da en el centro de la médula y daña los nervios que transportan señales desde el cerebro hasta la médula espinal. Cuando una persona sufre este tipo de lesión es muy común que pierda las habilidades motoras finas, sufra parálisis de los brazos y el deterioro parcial, generalmente menos pronunciado, en las piernas. Algunas víctimas también sufren una pérdida del control de los intestinos o la vejiga, o pierden la capacidad de funcionar sexualmente.
• Síndrome de Brown-Sequard: esta lesión es producto del daño en un lado de la médula espinal, por lo que puede ser más pronunciada en un lado del cuerpo; por ejemplo, el movimiento puede ser imposible en el lado derecho, pero puede retenerse por completo en el izquierdo. El grado de lesión de los pacientes de Brown-Sequard varía mucho de un paciente a otro.
• Lesión de la médula posterior.- normalmente esta lesión se presenta con preservación de la función motora, las vías del dolor y la temperatura pero con pérdida del tacto ligero, propiocepción y vibración secundaria al daño en la columna posterior. Esta presentación es muy rara.
• Lesión del cono medular.- es una lesión localizada alrededor de las vértebras T12 – L2, puede presentarse como una lesión de neurona motora superior, lesión de neurona motora inferior o patrón mixto. Muestra déficit simétricos variables de las extremidades inferiores con vejiga y disfunciones intestinales, según el nivel de la lesión. También puede causar trastornos en el intestino, la vejiga y algunas funciones sexuales. Por lo general esta lesión ocurre por tumores o un traumatismo.
• Síndrome de cola de caballo.- esta lesión se ubica alrededor de los niveles de las vértebras L2 – S5, comúnmente es causada por compresión. Los médicos no la consideran una verdadera lesión de la médula espinal, toda vez que afecta las raíces nerviosas en lugar de la médula espinal. Puede causar dolor lumbar, debilidad o parálisis en las extremidades inferiores, pérdida de sensibilidad, disfunción intestinal y vesical y pérdida de reflejos, y ocurre más comúnmente en un lado del cuerpo. Este tipo de lesión tiene mejor pronóstico de recuperación funcional si se trata de forma precoz ya que el sistema nervioso periférico tiene mayor capacidad de cicatrización que el sistema nervioso central.

2. Lesiones completas.- son las más graves y ocurren cuando se lesiona la médula espinal, lo que elimina la capacidad del cerebro para enviar señales debajo del sitio de la lesión, por lo que afecta la médula espinal lumbar, e incluso puede provocar parálisis debajo de la cintura mientras se preservan las funciones motoras en la parte superior del cuerpo y los brazos, pero por lo general las lesiones completas de la columna cervical conllevan una pérdida de la función motora en la parte inferior y superior del cuerpo.

Los tipos más comunes de lesiones de la médula espinal incluyen:

• Tetraplejía: estas lesiones son las más graves, toda vez que producen diversos grados de parálisis de todas las extremidades, es por eso que también se la conoce como cuadriplejia. Este tipo de lesión elimina la capacidad de moverse por debajo del sitio de la lesión y puede producir dificultades con el control de la vejiga y los intestinos, la respiración y otras funciones de rutina. Si es que la lesión se encuentra en las regiones más altas de la médula espinal cervical, los síntomas suelen ser mucho más graves.
• Paraplejia: esta lesión provoca la perdida de sensación y movimiento a partir de la mitad inferior del cuerpo, que abarca las piernas. Por lo general ocurren cuando hay un daño en la médula espinal torácica. De igual manera las lesiones serán más graves mientras más cerca de la vértebra superior se encuentren.
• Triplejía: este tipo de lesión provoca una pérdida de sensibilidad y movimiento en un brazo y ambas piernas, por lo general suelen ser el producto de una lesión incompleta de la médula espinal.

¿Cómo Ocurren Las Lesiones De La Médula Espinal?

Las lesiones de la médula espinal son eventos traumáticos que pueden tener consecuencias devastadoras para la salud y la calidad de vida de una persona. Estas lesiones ocurren cuando la médula espinal sufre daño debido a un trauma físico, como accidentes automovilísticos, caídas o lesiones deportivas. La gravedad de la lesión puede variar desde casos leves con recuperación completa hasta lesiones graves que resultan en discapacidad permanente.

La médula espinal es una parte vital del sistema nervioso central, que actúa como un conductor de señales entre el cerebro y el resto del cuerpo. Cuando se produce una lesión en la médula espinal, estas señales pueden interrumpirse parcial o completamente, lo que lleva a la pérdida de sensación, movimiento y función en las áreas del cuerpo controladas por debajo del sitio de la lesión.

El proceso exacto de cómo ocurren las lesiones de la médula espinal puede variar dependiendo de la naturaleza del trauma. En general, el daño puede deberse a la compresión, estiramiento o corte de la médula espinal. Esto puede resultar en la ruptura de las fibras nerviosas y la interrupción de la comunicación entre el cerebro y el cuerpo.

Es crucial buscar atención médica inmediata en caso de lesión de la médula espinal, ya que el tratamiento temprano puede marcar la diferencia en el resultado final. Los médicos pueden emplear una variedad de enfoques, como la estabilización de la columna vertebral, la cirugía y la terapia física, para ayudar a minimizar el daño y promover la recuperación.

En resumen, las lesiones de la médula espinal son eventos serios que pueden tener consecuencias duraderas. Comprender cómo ocurren estas lesiones y buscar atención médica adecuada son pasos importantes en el camino hacia la recuperación y la rehabilitación.

Algunas causas posibles de lesiones de la médula espinal incluyen, pero no se limitan a las siguientes:

• Accidentes automovilísticos
• Accidentes de camiones
• Accidentes de autobuses
• Accidentes de motocicletas
• Resbalones y caídas
• Heridas de bala
• Lesiones deportivas

Complicaciones quirúrgicas

¿Cuáles Son Las Complicaciones A Largo Plazo De Una Lesión De La Médula Espinal?

Las secuelas prolongadas de una lesión en la médula espinal pueden abarcar una variedad de complicaciones a largo plazo. Estas pueden comprender problemas físicos, emocionales y funcionales que afectan la calidad de vida de quienes las experimentan. Es fundamental comprender las posibles implicaciones a largo plazo de una lesión en la médula espinal para poder abordarlas adecuadamente y proporcionar un cuidado integral y personalizado.

Algunas de las complicaciones que pueden surgir incluyen problemas de movilidad, como parálisis parcial o total, alteraciones sensoriales, como la pérdida de sensibilidad o la disminución de la capacidad de sentir, y dificultades en el control de la vejiga y el intestino. Además, las personas que sufren una lesión en la médula espinal también pueden enfrentarse a desafíos emocionales, como la depresión, la ansiedad o el estrés postraumático, que requieren atención y apoyo específicos.

Es importante destacar que cada caso de lesión en la médula espinal es único, y las complicaciones a largo plazo pueden variar significativamente de una persona a otra. Por lo tanto, es fundamental contar con un equipo médico multidisciplinario que pueda evaluar las necesidades individuales de cada paciente y desarrollar un plan de tratamiento personalizado que aborde tanto las complicaciones físicas como emocionales de manera integral.

1. Incapacidad para regular la presión arterial o la temperatura corporal.
2. Mayor riesgo de problemas cardíacos o pulmonares.
3. Pérdida del control de la vejiga o del intestino.
4. Parálisis en los brazos o piernas.
5. Dolor persistente.
6. Espasticidad, contractura articular.
7. Disfunción sexual.

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